miércoles, 23 de marzo de 2011

Mi bolso

Mi bolso es un hábitat desconocido, un lugar donde conviven todo tipo de utensilios con el fin de ser utilizados. Algunos tienen una vida movida y alegre y están entretenidos de tanto entrar y salir. Otros, sin embargo, no corren la misma suerte y quedan olvidados en el interior, esperando una oportunidad, que alguien se acuerde ellos y les de un poco de vida y animación.

Hoy parece que todos van a ser tratados como merecen. He cogido el bolso y he notado que pesaba más de la cuenta, que quizá había llegado la hora de revisar lo que hay dentro, eliminar trastos inútiles y recuperar otros olvidados que todavía no han cumplido ninguna misión.

Sé de una persona que, llegados a este punto me preguntaría si también llevo ceniceros de mármol, por el peso y la consistencia....no lo negaré, a veces me cuesta organizarme y en mi día a día hay poco tiempo para prestar atención a según que cosas. Lo urgente e importante pasa por delante de todo lo demás. Pero antes de que mi espalda empiece a sufrir más de la cuenta procederé a una buena revisión del mismo.

El primer paso es buscar un lugar tranquilo y un momento relajado. Los niños están viendo "Toy Story 3"( qué acierto de película), así que, como mínimo, tengo más de media hora asegurada.

Voy a nuestra habitación y vacío el bolso, la caja de Pandora. Elijo el monedero, de aspecto abultado. Está lleno de tarjetas: supermercados, mutuas, dnis, seguridad social, tiendas ( la mayoría de niños) , club super tres, farmacia, tarjeta del trabajo...creo que la mitad no las utilizo, así que las guardo en el cajón por si acaso....esos por si acasos que no se cumplen nunca, pero que me dan seguridad. ¡Oh, acabo de descubrir una tarjeta regalo de un centro comercial...¿Tendrá saldo? A mi estas cosas me emocionan, son sorpresas insignificantes que me dan unos momentos de felicidad.

Abro la cremallera de las monedas y salen disparadas....las cuento: 5,25 euros en monedas de 1, 2, 5, 10 y 20 céntimos en su mayoría....creo que voy a hacer felices a mis hijos, les regalaré el dinero para la hucha, les va a encantar el ruido de las monedas al caer...Siempre me pasa lo mismo....voy a las tiendas con prisa, compro y voy acumulando dinero y después el monedero no cierra ( ¡ay, esa previsión!).

Miro la parte de los billetes.....la verdad es que hay pocos, pero el espacio que queda está abarrotado por tickets de compra. Los guardo para llevar un control y al final siempre quedan apretujados y medio borrados. Tengo del 2010.... ¡Tickets fuera!!

Junto a los tickets también tengo vales de tiendas; es el destino de cualquier madre: compras alguna cosa para tus hijos, no estás segura de la talla y la dependienta te dice: "si no le va bien, te podemos hacer un vale". Típica frase que te inspira confianza....hasta que llegas a casa, compruebas que cada tienda tiene el tallaje completamente distinto y que vas a tener que volver a ver a tu querida dependienta....Y no sé que es lo que me da más pereza: volver a la tienda, acumular un nuevo vale o pensar que tengo que volver a probar cualquier prenda a mis hijos ( siempre les da por correr y saltar....).

Observo el monedero. Ha recuperado su forma inicial y los botones y cremalleras cierran a la perfección. Descubro un último compartimento con fotos carnet de mis hijos. ¡Zona intocable! Las miro y me hacen sonreír. Tres minutos agradables en medio de mi desorden.

Continuo con la organización: dos paquetes de kleenex y uno de toallitas. Vuelven al bolso inmediatamente. Aunque ha llegado primavera, la temporada de mocos no ha finalizado, así que creo que todavía pueden dar un buen servicio.

También encuentro tres bolígrafos (hay dos que no funcionan), dos colores, una goma, un lápiz sin punta, tres clips para sujetar papeles y cuatro post-it con la lista de la compra, entre los que aparece un papel con letras infantiles: "Tastimu mol mara" . Me emociono y se me ponen los ojos de japonesa. ¡Qué dulzura! Me encanta esta forma de comunicación con mi hija; voy a guardar el papel en el cajón de los tesoros.

Siguen saliendo tesoros: un chuchachup y tres sugus pegajosos (intento sacar el papel para comerme uno, pero está totalmente enganchado), dos gormiti, una kitty en miniatura, tres sorpresas de los huevos Kinder y cuatro cartas del código Lyoko. Siempre pasa los mismo: los "guegos" ( como dicen mis hijos) y las sorpresas hacen mucha ilusión los primeros cinco minutos....después ya viene el: "mamá, ¿me lo guardas?" y de ahí a perdidos en el bolso.

De repente me coge la risa: llevo una brocha y maquillaje en el bolso.¡No lo sabía! Volveré a dejarlo para esos momentos de retoque personal...¿Qué momentos? Bueno, quizás ha llegado la hora de no tener tanto aspecto de madre...

Sigo seleccionando cosas hasta que oigo un: "¿qué haces mamá?". Ha pasado más de una hora y no me he dado cuenta. La película ha acabado y mis hijos empiezan a tocar todo lo que todavía está fuera del bolso. Me preguntan, me quieren " ayudar".... Creo que ha llegado el momento de poner fin a mi primer round de orden. Meto todo lo que queda en el bolso y lo aparto de la vista. Mañana será otro día con otro tipo de prioridades. Y tal vez dentro de algunas semanas vuelva a encontrar otro de esos momentos para poder revisar y organizar esa porción de mi vida metida en un bolso.


Txell

1 comentario:

Unknown dijo...

Molt bé txell... Espero veure que aviat fas servir aquesta brotxa que et vas trobar i no la recordaves.... No la tornis ha deixar oblidada dins del bolso... recorda que la tens entre gormiti....kitty i demés...