domingo, 6 de mayo de 2012

Día de la madre

6 de mayo, día de la madre. Aunque un poco cansada y afectada por la primavera ( como cada año) no quiero que se acabe el día sin felicitar a todas las madres convencidas, que se desviven por sus hijos, que disfrutan y sufren con ellos.

Llevo unos cuantos años sintiéndome madre, exactamente siete, desde que Martina, en mi barriga, ya formaba parte de nuestros planes. Padres felices, dispuestos a hacerlo lo mejor posible, conscientes de nuestro cambio de vida y de estado, aunque, mirándolo con distancia, no del todo. Ser padre es el mejor aprendizaje sobre la marcha, en el que el sentido común y la paciencia son nuestros compañeros de viaje, hiperdesarrollados exponencialmente

Los hijos hacen que salga lo mejor y lo peor de todos nosotros. Nunca antes había gritado tanto, pero nunca había querido tanto, ni había mostrado mi sensibilidad de forma tan intensa, entendiendo perfectamente el amor maternal (o paternal que, en nuestro caso, es el mismo). Es un amor gratuito, sin esperar nada a cambio, lleno de ilusión por ver que tus hijos aprenden a ser personitas y pueden llegar a ser grandes personas.

Guiamos a nuestros hijos, para que les sea más fácil la vida, vivimos sus historias cediéndoles todo el protagonismo, ayudándoles a coger las riendas de su destino. Muchas veces nos cambiaríamos por ellos, para evitarles sufrimientos y para que no cometan nuestros mismos errores. Pero no podemos vivir su vida, sólo a ellos les pertenece. Somos su apoyo y su colchón, siempre estamos ahí, cuando aprenden todo lo bueno y todo lo malo que les puede ofrecer la vida. Reír y llorar, todo forma parte del ciclo, siempre ofreciendo nuestro hombro y compañía.

Intentamos, nos esforzamos y es tan difícil...Cada hijo es diferente y cada etapa también y los sentimientos no se pueden cambiar. A veces me gustaría mostrarles un mundo ideal, pero vivimos en el mundo real...así que, como podemos, los preparamos, adaptándolo a su edad. Y son ellos, los que, a menudo, nos dan lecciones de su visión del mismo, haciendo más simple lo que los adultos vemos complicado, con sus lógicas preguntas sobre el funcionamiento de todo.

Así me siento, madre en todos los sentidos, intentando no perder mi esencia. Días más buenos que otros, pero siempre apoyando a nuestros hijos en sus sueños, mientras intento no olvidar los míos. Y hoy, en nuestro día, me gustaría regalaros un enlace a un vídeo que, aunque tenga publicidad final, ilustra muy bien parte de nuestros sentimientos ( ¡Gracias, Sílvia, por pasármelo).


¡Feliz día de la madre!


Txell

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