viernes, 25 de mayo de 2012

Saber perder

Martina llega a casa explicándolos que, en el colegio, les han dicho que escribieran tres deseos en un papel. "Yo he pedido que vuelva Pep Guardiola, que todos seamos amigos y ser campeona de gimnasia"...¡Menudos tres deseos! No hay nada como la inocencia infantil, tan pura..."Pero Martina, estos tres deseos son muy difíciles de conseguir" le decimos. "Si, por eso son deseos, es lo que me gustaría....a lo mejor se cumplen...".

Nos gusta ver su cara de emoción cuando nos lo dice...los ojos le brillan de ilusión y, en en ese momento, no vamos a tirar sus sueños por tierra. Ella sabe que las cosas son difíciles, pero con esas ganas, lo imposible se ve más cercano.

"Que vuelva Pep Guardiola" es su primer deseo. Parece mentira...como muchos otros niños, una niña de 6 años admirando a un entrenador de fútbol. Lo normal es ser fan de cantantes, actores, futbolistas.....los entrenadores tienen un papel secundario. Y Pep, pese a intentar ceder todo el protagonismo a sus jugadores y dignificar el futbol y el buen juego, siempre ha estado en el punto de mira. ¿Será porque ha conseguido hacernos recuperar la ilusión? Creo que nunca había disfrutado tanto del fútbol como con este Barça....buen juego no siempre envuelto de triunfo, pero con valores que lo hacen campeón. No me extraña que sea todo un referente para tantas personas que ven en él un modelo de esfuerzo, pasión y entrega.

Segundo deseo: "Que todos seamos amigos"...Creo que este deseo lo hemos tenido todos de niños. Ser aceptado, formar parte del grupo, de las relaciones entre compañeros....Martina me recuerda a mí a su edad....primaba la amistad por encima de todo y era importante la cantidad y frecuencia más que la calidad. Con el tiempo, el número de amigos se reduce drásticamente, aunque la intensidad y calidad es lo que realmente importa.

Y el tercer deseo..."Ser campeona de gimnasia"...La gimnasia, ¡su gran pasión!
......
Nuestros hijos, como todos los niños, dan gran importancia al triunfo. "Yo quiero ganar el primero" nos dice siempre Jaume, para que quede constancia que ganar es ser el número uno.

A nosotros nos sorprendre este espíritu competitivo y siempre les decimos que "para saber ganar hay que saber perder". Difícil frase para unos niños en un mundo competitivo, pero es importante saber que las cosas cuestan y que no todo se consigue tocando una pantalla, con un simple gesto, con un "clic".

No se puede ser el mejor en todo, es imposible. Es buena la lucha, la capacidad de superación, el esfuerzo, la constancia. Vencer las dificultades es lo que nos mantiene vivos. Nunca hay que perder la esperanza, pero el único objetivo no es el triunfo, sino todo lo que aprendes por el camino. Y si algún día llega el premio, hay que estar preparado, saboreándolo con pasión, pero también de forma humilde y generosa, siendo agradecido con todos los que nos han ayudado. Porque un triunfo y una medalla son efímeros, pero el recuerdo de los que saben ganar es eterno. Y el mérito como personas es lo que nos acompañará siempre.

Con estas u otras palabras similares intentamos preparar a nuestros hijos para este mundo caótico y competitivo. Difícil, como otras muchas cosas, pero es lo que hemos elegido. A veces nos parece que nos entienden y otros días es más complicado...

Inmersa en mis pensamientos, Martina me informa de los resultados de las carreras de motos, que los dos siguen atentamente con su padre: "Mamá, hoy Dani Pedrosa no ha ganado y no subirá al podio....pero quedar cuarto tampoco está mal....¿no? Lo ha hecho muy bien y se ha esforzado"....
....... Sin palabras....parece que nuestro esfuerzo como padres, de vez en cuando,también recibe medallas. Así que vale la pena no tirar nunca la toalla.

Txell

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