lunes, 19 de marzo de 2012

Día del padre

19 de Marzo. Día del padre. Nuestros hijos no se lo piensan: Con besos infantiles y mañaneros, dulcemente, (o no tanto) le despiertan. Hay prisa para ir al colegio, pero para estas cosas siempre hay tiempo. Sonrisas legañosas y un “Felicitats Eduard!” con todo el sentido. Es el padre de nuestros hijos, mi compañero, pareja y amigo, y estamos juntos en un gran proyecto: educar y ayudar a nuestros hijos a ser felices y a saber valorar lo que tienen. Difícil reto, pero no imposible, si a ello le añades dosis de cariño y ganas, tolerancia a la frustación, energía, paciencia, sentido del humor (a veces en cuarentena)... y alguna cosa más, que el día a día no te deja olvidar.

Me pongo a pensar y vuelo, como siempre. Recuerdo cómo nos conocimos y la espontaneidad del momento. Tan diferentes, pero iguales en lo básico. Mi impulsividad y sociabilidad contrarrestan con su discreción y análisis, y la combinación, si es compensada, nos ayuda a no pasarnos al extremo.

Eduard ríe con mis ocurrencias, dejándome que le explique, sin cortarme las alas, pero sabe hacer que yo misma sea consciente del aterrizaje. Amor condensado que se ha ido transformado en reposado y que a veces juega al escondite mientras hacemos de padres. Pero siempre se deja, y siempre lo atrapamos, en sus múltiples formatos. Pese al desgaste y a las obligaciones, los dos lo tenemos claro.

Me gusta ver a Eduard con Martina y Jaume. Su rigor y pautas se visten de explicaciones lógicas, al alcance de los niños, que muchas veces me sorprenden positivamente. Y a la vez, sabe expresar gran cariño y decir con palabras lo que muchos padres no se atreven, quizá porque la etiqueta masculina lo prohíbe.

Me encanta cuando ríen los tres..y unirme a la fiesta. No me extraña que los niños le adoren, porque es un padre comprometido, con mayúsculas. Hay fotos que lo dicen todo:



Ya hace tiempo que no puedo ir con él de la mano, porque los niños se la rifan, contentos de pasear con su papá. Pero la estampa me gusta y, observándolos, me olvido de algunos de nuestros desacuerdos, acordando que la próxima vez lo intentaremos hacer mejor. Las ganas compartidas, lo pueden todo.

Hoy me gustaría felicitar a todos los padres que están encantados de serlo y que, a pesar del cambio de vida, disfrutan de la etapa única e irrepetible de ver crecer a sus hijos. Y, como no, a mi amor discreto, que hoy me deja que le haga un homenaje.

FELICITATS EDUARD!!!

Txell

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